Hola, de nuevo, querid(a) lector(a), con base en las estadísticas que WordPress ofrece a los usuarios, puedo inferir que no eres de mi país, México, y probablemente seas de España, aún a pesar de nuestras nacionalidades espero que esto sea de tu agrado, pero, sí consideras que utilizo algún modismo confuso, házmelo saber y yo mejoraré este espacio que compartimos.
Dicho lo anterior, quisiera comenzar con un tema un tanto polémico, pero que debe ser del interés de todo lector(a) o de cualquier persona que quiera una «transformación» cultural verdadera en su comunidad.
La escuela es un espacio de aprendizaje que busca que se adquieran y poteriormente se ejerciten habilidades y conocimientos, esto abarca desde primaria hasta los posgrados, no obstante, un obstáculo frecuente evita que el educando aproveche lo presentado, y esto es, el odio por la lectura.
¿Por qué el estudiante odia leer?, muchos usarán el viejo argumento de «Pueden aprender observando por medio de vídeos o escuchando, etc.» y tienen razón, pero eso no responde la pregunta.
Yo tengo una hipótesis, lector(a), y es que nos han hecho tener miedo a los libros, como sí de una especie de reacción natural se tratara, el ver un libro hace que muchas personas se aburran y se duerman sin siquiera abrirlo.
Al menos en mi país, el sistema escolar (salvo honrosas excepciones) busca que el niño o joven se vea agobiado, que lea por obligación, sin que en esto medie el gusto por lo que se hace, ya que de no realizarlo recibirá un castigo o se llamará a sus padres para que ellos sean quienes impartan dicha reprimenda.
Un ejemplo claro de esto es la internacionalmente conocida práctica de poner al alumno a copiar un texto del libro, lo cual es a todas luces improductivo y antipedagógico, bien decía Fiódor Dostoievski, en su libro Memorias de la Casa Muerta, refiriéndose a los presos, que no había peor humillación que el trabajo inútil.
No se puede esperar que el alumno goce de la literatura sí ésta no se le inculca sino que se le impone como en la disciplina de corte militar.
Ahora, no todo son quejas, bajo mi humilde opinión, debemos acercarnos a quienes han paleado el problema educativo de la mejor manera en la actualidad, los finlandeses.
Dejaremos de lado la gratuidad del sistema, y nos enfocaremos en su eje central que son la familia, la escuela, y las instituciones, ya que la casa de estudios no es la única responsable de la francamente penosa situación de los estudiantes.
Programas de alfabetización, capacitación real a maestros, talleres para que los padres de familia puedan ejercer de la mejor manera posible las estrategias para la adquisición de conocimientos con sus hijos, fortalecer el sistema de bibliotecas para que no sólo sirvan de bonitas estructuras que nadie visita, fomento al arte, etc. Son sólo algunas cosas que pudieran ayudarnos a superar nuestras problemáticas.
Hago de nuevo la aclaración de que ésta es sólo mi hipótesis, no quiere decir que yo tenga la razón, por ello, te pido que sí tienes una opinión distinta o bien seas cercan(a) a la mía, me dejes tu pensar en los comentarios.
Esto ha sido todo, se despide, Máscara Roja.